El maestro de capataces Juan Berrocal Peligros ha vuelto este Domingo de Resurrección a lo que nunca debió dejar: dirigir un paso.
Juan fue los ojos de la cuadrilla de costaleros del palio de la Virgen de la Alegría en su paseo anual por las calles de Córdoba. Volvió años después a deleitarnos con su buen hacer y su forma de entender la forma de andar de un palio. Señorial y solemne la Virgen de la Alegría dejó momentos impresionantes.
Juan, recibe mi más sincera felicitación. No sabes la alegría que nos diste a muchos, y los ratos a tu lado que nos hiciste recordar.
Un abrazo, amigo.
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